Hablar del suicidio y sus consecuencias

La vida ya no es la misma, ya no puede serlo.

Luis Mateo Diez.

¿De verdad vale la pena hablar de esto? Vale la pena, pues es la pura verdad.

A todos los que leáis estas líneas a raíz de la muerte a causa del suicidio de un ser querido, dejadme que os diga que el camino que os espera no es nada fácil. El suicidio es una muerte ignorada socialmente, que suscita todavía hoy enormes temores, incompresibles ignorancias, pero sobretodo un terrible silencio que cae pesadamente sobre todos los que hemos sufrido una pérdida por su causa.

Enfrentar una pérdida así es una tarea titánica que os exigirá una enorme fuerza interior, la ayuda de las personas que os quieren y su más absoluta comprensión al respecto de una situación que no dispone de soportes sociales, ni de procedimientos de atención establecidos. Buena parte de los profesionales de la salud reconocen no estar preparados para atendernos, a pesar de su buena voluntad, ni mucho menos otros servicios públicos que desgraciadamente intervienen en los primeros momentos cuando el fallecimiento se ha producido: policías, bomberos…

Tendréis momentos muy difíciles, el dolor, la desesperación por la pérdida y la dificultad para comprender un acto como supone causarse la muerte a uno mismo, marcará vuestras vidas, ha marcado la de todos los que la hemos padecido.

La decisión de algunos profesionales, de muchos supervivientes como los que formamos la  primera Asociación del estado español dedicada a estos, Després del Suïcidi. Associació de Supervivents (Después del Suicidio. Asociación de Supervivientes) DSAS y otras organizaciones de prevención que han surgido en estos últimos años, es romper este silencio y hablar del suicidio; de la necesidad de impulsar programas de prevención, como se hace hoy en día con los accidentes de tráfico, y de poner en primer plano las consecuencias trágicas del suicidio: los supervivientes, familiares y amigos de la persona que muere por esta causa, para reclamar la clara necesidad de programas de atención a las víctimas.

Hablar del suicidio es la mejor manera de prevenirlo y hablar de sus consecuencias, de la enorme cantidad de sufrimiento y dolor que recae sobre los supervivientes que querían a la persona que ha muerto por esta causa, puede hacer comprender a la sociedad como de necesario es cambiar los puntos de vista sobre este grave problema.

Nadie que muere por causa del suicidio merece ver calificada toda su vida por ese acto. Nadie es simplemente un suicida. Es una reducción injusta y fruto de la ignorancia y el temor.  Aquellos que perdimos viven en nuestro recuerdo con la luz y la intensidad de nuestro afecto: vamos a reivindicar su memoria, vamos a hablar de su existencia y de las consecuencias de su muerte.

Permitidme que reproduzca aquí una parte de las palabras de saludo a los supervivientes de la Fundación Americana Para La Prevención Del Suicidio de su Guía de recursos y recuperación: Sobrevivir a una pérdida por suicidio.

Este camino para sentirse completo no tiene mapas. Es el viaje más doloroso que existe (lleno de giros e imprevistos, corazones heridos y malentendidos). En esta senda surgen pequeñas maravillas, pero puede que estemos demasiado doloridos o débiles para reconocerlas. Sin embargo, llegará el día en que puedas mirar hacia atrás y saber que estuvieron allí.

Compartimos tu soledad. Compartimos tu pesar. Compartimos tus dudas. Honramos a aquellos que amamos y hemos perdido por suicidio. Que el resplandor y la belleza de sus vidas no sean nunca definidas por sus muertes.

Los supervivientes son las personas más valientes que conocemos. Cuídate, ten paz, ten esperanza”.

 

Estar en duelo

Cuando perdemos a una persona querida se inicia un proceso de aceptación de la pérdida, de despedida definitiva, que puede prolongarse por mucho tiempo y que produce una serie de consecuencias que muchas veces no hemos considerado: sociales, personales, económicas, físicas…

Dice Luis Mateo Diez en su bello libro sobre la familia y el duelo, Azul Serenidad, “La muerte exilia a los que quedamos vivos, leí una vez, porque la desaparición de los seres queridos nos deja fuera de la fronteras en que eran posibles los afectos, y es un exilio que se parece a la orfandad”.

Sea cual sea el vínculo de parentesco, amistad o relación que nos unía, si era una persona querida, el peso de esa ausencia se hace muy difícil de sobrellevar.

Estos sentimientos son comunes al conjunto de los seres humanos, el duelo es una experiencia que todos sufrimos, porque forma parte de nuestra propia condición perecedera. Es según Alba Payàs: “el precio que pagamos, algunos muy a gusto, por estar vinculados a nuestros seres queridos y poder experimentar la conexión de afecto e intimidad necesaria para vivir, crecer y desarrollarnos como personas”.

No estamos enfermos, estamos afectados por la pérdida.

El duelo, forma parte de nuestra vida, no es ninguna enfermedad, es una experiencia que viviremos numerosas veces con mayor o menor intensidad en relación a los afectos compartidos con la persona que perdemos y todas las circunstancias que rodeen a su fallecimiento. Sobreponernos a esa pérdida dependerá, en buena medida, de nuestra capacidad de rehacer afectos, de compartirlos con nuestros otros seres queridos a pesar de todo el dolor que supone no gozar de la presencia de quien hemos perdido.

Estar en duelo, sentirnos tristes, terriblemente abatidos, sin fuerza ni motivación para hacer nada, enfadados con el mundo, con la vida… son sentimientos lógicos que van a acompañarnos a lo largo de los días siguientes, de los meses, incluso de los años, con mayor o menor intensidad. Con el paso del tiempo y el afecto de los que nos quieren aprenderemos a aceptar esos sentimientos, a modular su terrible impacto inicial.

El duelo por suicidio

¿Pero qué ocurre cuando la muerte de esa persona querida es a causa de su suicidio? ¿Qué sucede cuando sabemos que fue ella misma quién se causó la muerte?

Si sobreponernos a la pérdida de alguien a quien queremos es una tarea árdua, cuando se trata de una persona que ha muerto a causa del suicidio la cuestión adquiere características mucho más complicadas y de difícil afrontamiento.

A los sentimientos lógicos de tristeza, dolor y abatimiento, pueden añadirse con enorme intensidad otros como:

  • la vergüenza.
  • la incomprensión.
  • el abandono
  • la culpabilidad
  • el dolor incontrolable con severas manifestaciones físicas en ocasiones.
  • el enojo con la persona por lo que ha hecho…
  • hasta el alivio si este se ha producido tras una larga y difícil enfermedad mental.
  • Y las preguntas, las terribles preguntas que nos asaltan en todo momento: ¿Por qué?, ¿Por qué lo ha hecho?, ¿Por qué me ha hecho esto a mí? ¿Cómo puede ser que se haya quitado la vida?

El tabú social que todavía envuelve al suicidio dificulta poder mostrar todos nuestros sentimientos, y  por ello “el suicidio es la crisis de duelo más difícil que ha de afrontar y resolver cualquier familia[i]. A nuestra dolorosa pérdida de un ser querido, se suman estos sentimientos de vergüenza por considerar que es un acto que se lleva a cabo desde la libertad de decisión, de abandonar la vida, de abandonar a la personas que los quieren, por lo que la sociedad tradicionalmente ha condenado al que muere por suicidio y a sus familiares a toda clase de ignominias (no olvidemos que hasta hace poco se negaba el entierro en cementerios católicos, la celebración de funerales, o que las pólizas de seguros lo consideraban un elemento invalidante del contrato).

La doctora en psiquiatría Carmen Tejedor, pionera de los programas de prevención del suicidio en nuestro país, afirma que la vergüenza social se debe a que “creemos que es un acto libre y si hay libertad hay culpa, así que existe una especie de juicio popular que condena de antemano al suicida y a quienes le rodean.” Pero el suicidio no es un acto que se decide desde la libertad o desde una reflexión clara de nuestra situación: “Yo nunca he encontrado libertad en el suicida: siempre eran víctimas de un estado anímico alterado que no les permitía decidir libremente.” afirma la doctora Tejedor.

La culpabilidad por lo que ha hecho la persona que se suicida suele acompañar a su entorno más próximo: ¿Cómo no me di cuenta?; ¿Por qué no hice lo suficiente para evitarlo?; ¿Por qué dije o no dije…?. Esta culpabilidad también puede dirigirse en ocasiones hacia terceras personas, que a nuestro entender tiene algún grado de responsabilidad en esta situación: servicios sanitarios, psiquiátricos, familiares, amigos…

E. Shneidman, padre de las iniciativas de prevención del suicidio en los Estados Unidos indicaba al respecto: “Creo que la persona que se suicida deposita todos sus secretos en el corazón del superviviente, le sentencia a afrontar muchos sentimientos negativos y, es más, a obsesionarse con pensamientos relacionados con su papel, real o posible, a la hora de haber precipitado el acto suicida o de haber fracasado en evitarlo. Puede ser una carga muy pesada.”[ii]

Estos sentimientos al igual que la ira que podemos sentir contra la persona fallecida a causa del suicidio, así como hacia terceras personas, pueden llegar a experimentarse con una intensidad tan fuerte que puede hacernos pensar que estamos perdiendo la razón, pero no es así, son características habituales en el duelo por suicidio. Sin embargo, si estas sensaciones, estos sentimientos se hacen demasiado insoportables, su recurrencia es excesiva pasado un tiempo razonable, es bueno acudir a un terapeuta o a grupos de apoyo para poder comentarlos y aprender a canalizarlos mejor.

No es ningún consuelo saber que el suicidio es una grave afección que altera nuestro modo de pensar en la vida y en que merecemos vivir, pero conviene tener muy presente como indican numerosos investigadores que:

«Una vez que alguien ha decidido acabar con su vida, hay un límite de cuánto puede hacer otra persona para detener el acto. […] De hecho, la gente a veces encuentra una manera de quitarse la vida incluso estando hospitalizados en unidades psiquiátricas cerradas bajo cuidadosa supervisión. Teniendo en cuenta este hecho, intenta ser realista en lo que respecta a qué tan predecible era el suicidio y cuánto podrías haber hecho para intervenir.

 

[...] La investigación médica demuestra que los trastornos psiquiátricos serios conllevan cambios en el funcionamiento del cerebro que pueden alterar gravemente el juicio, el humor y el comportamiento de la persona que padece dicho trastorno. [...] La enfermedad produce en el individuo cambios biológicos que generan el dolor emocional y físico (depresión, incapacidad para disfrutar de las cosas, desesperación, etc.) que participa en casi todos los suicidios.» [iii]

 

 

¿Pero por qué me ha pasado a mí?

Las preguntas, siempre las terribles preguntas que nos asaltan sin cesar, busca una explicación racional a un fenómeno que aún hoy, posiblemente por culpa de todos los tabúes que lo rodean resulta difícil de explicar. Aun así debemos considerar que:

  • En torno al 90 por ciento de las personas que mueren a causa del suicidio sufren algún tipo de enfermedad mental diagnosticada o no.
  • Buena parte de estas sufren depresiones graves o trastorno bipolar.
  • El diez por ciento restante es de más difícil interpretación, pero pueden tener relación principalmente con desengaños amorosos (adolescentes y jóvenes en su mayoría), o por un terrible sentimiento de soledad (habitualmente personas ancianas).
  • Que la cifras estadísticas no nos induzcan a error; ni todas las personas que sufren enfermedades mentales se suicidan, ni todos los que mueren por causa del suicidio sufren un trastorno mental.
  • La persona que considera su propia muerte es una persona que sufre y a este sufrimiento todos somos vulnerables.
  • Las personas mueren a causa del suicidio como consecuencia de esos trastornos, pero también por una sensación individual e intransferible de sufrimiento extremo que las incapacita para analizar su situación desde la lógica de la vida.
  • Es decir, las personas pueden morir por esta causa al igual que otras pueden morir de cáncer o por sufrir un infarto.  En ocasiones son víctimas de una enfermedad mental,  en otras de un trastorno momentáneo de la razón, puede que de una alteración grave de la conducta algunas veces completamente imprevisible y que no hemos llegado a comprender todavía.
  • El suicidio no es sí mismo ninguna enfermedad.
  • Por ello, por sus causas tan diversas, algunas aún desconocidas, no podemos hablar de suicidio. Debemos hablar de suicidios, ya que todo suicidio es un acto personal e individual. Nadie es igual a nadie y cada historia merece ser tenida en cuenta, aun cuando nos cueste comprender sus razones y aceptar su final.

El silencio que rodea al suicidio nos hace creer que nuestra experiencia es prácticamente única pero sólo en España:

  • Murieron por suicidio más de tres mil personas durante el año 2011, siendo hoy en día la primera causa de muerte externa, por encima de los accidentes de tráfico[iv]. Aun cuando temamos que las estadísticas reduzcan a la baja la cifra real, por los prejuicios  obvios a calificar una muerte no natural de suicidio, eso supone que en España mueren más de 8 personas cada día por esta causa.
  • En Europa mueren alrededor de 58.000 ciudadanos cada año por suicidio. [v]
  • Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 40 segundos una persona se quita la vida en el mundo.

“La OMS y las Naciones Unidas (ONU) instan desde 1996 a desarrollar políticas de prevención, una vez constatado que las muertes voluntarias en el mundo superan a las provocadas por homicidios y guerras y que en 2020 las víctimas podrían ascender a un millón y medio. Ya en 2005 la organización sanitaria estableció que en los siguientes cinco años, en 2010, los países de la Unión Europea tenían que incluirla en sus políticas nacionales”.[vi]

Sin embargo hasta hoy nada se ha hecho en nuestro Estado para impulsar políticas de prevención o programas de atención urgente a la personas con tendencias suicidas. Nada. Evidentemente tampoco se han iniciado ningún tipo de programa para atender supervivientes a este tipo de pérdida.

Si calculamos una media de seis personas afectadas por la muerte de una persona a causa del suicidio entre familiares y amigos solo en España a lo largo del año 2011, alrededor de 18.000 supervivientes no percibieron ningún tipo de atención, ni de indicación especial referida al riesgo que supone el duelo por suicidio. Si multiplicamos esta cifra por diversos años, centenares de miles de personas han sufrido esta situación. ¿Por qué no sabemos nada de todos ellos? ¿Cómo se puede ocultar aquello que es tan obvio, el sufrimiento extremo de tantas personas?

Sin duda no estáis solas, no estáis solos. Miles de personas comparten vuestro dolor, vuestra experiencia, aunque difícilmente sepáis de ellos; el tabú, el miedo y la ignorancia nos condenan a una vergüenza y una culpabilidad inmerecidas y a un sufrimiento en soledad. Pero merecemos atención, merecemos información, merecemos sobretodo compresión y ayuda.

Aún quedan muchas cosas de las que hablar. Espero tener ocasión de hacerlo en futuras colaboraciones.

Todo el  ánimo para vosotros y los vuestros.

“La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos”.

Cicerón.


[i] Cain 1972. Pág. 11, citado por J.W.Worden en El tratamiento del duelo: asesoramiento psicológico y terapia. Ed. Paidós 2004. Barcelona.

[ii] Cain 1972. pág. 10, citado por J.W.Worden en El tratamiento del duelo: asesoramiento psicológico y teràpia. Ed. Paidós 2004. Barcelona.

[iii] Bob Baugher y Jack Jordan, After Suicide Loss: Coping with Your Grief , citado en Fundación Americana Para La Prevención Del Suicidio de su Guía de recursos y recuperación: Sobrevivir a una pérdida por suicidio.

[iv] Fuente: INE. Instituto Nacional de Estadística.

[v] Juan Carlos Pérez Jiménez. La mirada del suicida. 2011. Ed Plaza y Valdés. Madrid.

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13 comentarios en “Hablar del suicidio y sus consecuencias

  1. Muy interesante el artículo, sobre todo en estos momentos de desolación después de la muerte por suicidio de mi único hermano. Casi no puedo creer lo que acabo de escribir! Él parecía una persona tan equilibrada, tan calmada, que realmente nunca lo creí capaz de quitarse la vida.
    Ha sido para todos una situación tan agobiante que a veces creo que esta sensación de vacío que ha dejado su ausencia nunca pasará.
    He estado leyendo mucho acerca de este tema para ver si alcanzo a comprender qué movió a mi hermano a tomar esa decisión tan fatal. ¡Cómo quisiera que todas las preguntas que hoy me hago alguien pudiera respondérmelas! Él ya no está en este mundo y sólo queda aceptar la realidad y aprender a vivir del recuerdo que nos dejó.

  2. Gracias por lo que escribís aquí, me ayuda mucho interiormente. Un abrazo grande para todos.

  3. Hola!!…acá estoy comentando mi tema, yo tuve la desgracia o destino de perder a dos hermanos por suicidio, todos las cosas q sentimos son muy fuertes, hasta pareciera q se nos abre la mente para pensar de otra manera…yo tengo enojos, rabias, malestar físico…muchas veces alivio. Ellos nos eran enfermos de depresión….no se, lo peor es q las personas t tildan de suicida, yo cuando era chica tuve problemas de autoflagelacion no muy grabes porque enseguida me di cuenta q algo andaba mal en mi y busque ayuda…y vivo en un pueblo y los comentarios fueron diferentes, era chica, hoy tengo 40 años, tengo a mis padres vivos y me queda otro hermano 2 años menor q yo, espero que sirva lo compartido

  4. Hola Carles;
    No estoy segura de lo que escribo esté correcto, afinal tu también eres una víctima.Perdoname. Es tanta la necesidad de desahogarte que talvez escribas cosas que no debes.Perdoname Carles. MEe gustaria dejar aqui(no sé si ya lo conoces), un video que quiezás ayude a los familiares y entorno acompreender como se siente una persona que pasa por esto y no sabe que es lo que realmente debe hacer. Me envió una gran amiga.”Como ayudar quien no quiere ser ayudado”.Tampoco estoy segura si el título es lo mas apropiado, pero es muy bonito.Gracias por contestarme y te pido desculpas una vez mas

  5. Te escrebi en una ocasión,hace tiempo.Me siento tan perdida pq noté que a partir del ocurrido, las personas (de mi entorno) de apartaron de mi, y no les julgo,ni les recrimino.No será facil estar acompañada de alguen que antes era extremadamente divertida y con un grandisimo sentido del humor, a estar con alguen encerrada en si misma. Algunas veces consigo “despistar” esa tristeza para no ayuentar aun mas las pocas que me quedan. Pura estratégiaEs una batalla interna continuamente comigo misma.Estoy convencida,como pude leer en el depoimento arriba, que es solo una questión de tiempo,(tengo cosas pendientes que solucionar-no pretendo irme dejando algun “marrón”para los demás).No quiero dramatizar, pero creo que nadie merece vivir, o mejor dicho,sobrevivir de esta manera.Acaso es importante seguir respirando solo para la gente te vea “viva”? Para no hacer daño a los demás? Y que hay de ti? Solo estás ahí. Solo eso.Soy extremadamente cinéfila, con lo cual acostumbro escribir frases geniales,de películas geniales. De la “peli” CADENA PERPÉTUA, me quedé con “ningun hombre debe vivir con miedo”.Lo dijo Red(Morgan Freeman).Es asi como vivo.Con miedo.Miedo de dormirme y despertarme por las noches con sobresaltos, que me confirman que lo ocurrido es veraz. Miedo de seguir dormiendo y despertarme el otro dia sabiendo que me espera otro dia igual que el anterior.Miedo de levantarme y comprobar que ahí fuera no hay nada.Tengo miedo de ver una película o escuchar una canción pq me entristece y, sobretodo, tengo miedo de “irme” y no encontrarme con él.Suplicarle que me perdone por no saber hacer las cosas de otra manera,por no haber dicho lo que deberia haber dicho.
    Ya te escribiré,si tengo oportunidad,en otro momento.Creo que ya no soy capaz de seguir

  6. Sortosament no he patit una pèrdua per suïcidi d’una persona propera. Sí que tinc a la memòria, el suïcidi de 3 persones però del cercle extern de coneixença.
    Sempre he pensat que aquell que decideix llevar-se la vida, ho fa després d’un intens patiment i sofriment. A vegades, fins i tot, després de la decisió, poden entrar en una falsa sensació d’alliberament en aquesta fugida del món real.
    Els poder públics tenen molta por a tractar el tema en creure que això incentivarà aquest capteniment.
    Em consta que els mossos d’esquadra s’han posat en contacte amb l’associació després d’algunes observacions vostres. Desconec el resultat i si això ha comportat més trobades. Sigui com sigui, és un precedent interessant, de major sensibilitat tan migrada per part de tothom. Fóra bo que els poder públics no fossin porucs i a traves de l’apropament a tot aquest món, de forma professional i seriosa, en contacte, per exemple, amb la vostra associació, tinguessin per objectiu la doble vessant de prevenció del suïcidi i tractament des de tots els àmbits als supervivents.
    gràcies per tot
    TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL
    Por suerte, no he padecido la perdida por suicidio de una persona cercana. Sí que conservo en la memoria, el suicidio de 3 personas, pero del circulo más externo de relación.
    Siempre he pensado que aquel que decide quitarse la vida, lo hace después de un intenso sufrimiento. A veces, incluso después de tomar la decisión, pueden entrar en una falsa sensación de liberación en esta huida del mundo real.
    Los poderes públicos tienen mucho miedo a tratar el tema al creer que incrementará esta conducta.
    Me consta que los mossos d’esquadra han contactado con la asociación después de algunas observaciones vuestras. Desconozco el resultado y si esto ha implicado más encuentros. Sea como sea, es un precedente interesant de mayor sensibilidad, tan escasa por parte de todos.
    Seria interesante que las autoridades no fueran miedosas y a través del acercamiento a este mundo, de forma seria y profesional, contactasen, por ejemplo, con vuestra asociación con el doble objetivo de la prevención del suicidio y tratamiento desde todos los ámbitos, a los supervivientes.
    gracias por todo

  7. Hola, ojalá hubiese sabido más… he perdido a mi única hermana y no puedo caminar sin ella, siento no haberla ” entendido ” sólo le sugería ayuda profesional y no quería, jamás pensé que iba a llegar tan lejos. Sólo puedo decir que se ha llevado mi alma con ella… no sé vivir ya.

  8. Son muchas las veces en las que uno se siente perdido y desesperanzado ante situaciones que te superan, para las que no ves salida, y que literalmente te ahogan y no te permiten casi respirar.
    En esos momentos necesitas una motivación, necesitas
    encontrar un objetivo que te ayude a inhalar aire dentro de tus pulmones para poder respirar de nuevo libremente. Tambien necesitas que alguien esté ahí pero sin controlar constantemente tu estado de ánimo, observando furtivamente todos tus movimientos con el miedo reflejado en su cara. Te quieren, los quieres y no deseas hacerles daño. Solo pretendes respirar con normalidad, como hacen todos los demás. Y no hay que perder la esperanza NUNCA, porque al final todo acaba fluyendo, la ventana se abre y vuelves a pensar en el mañana con felicidad. Y los que han estado contigo, acompañandote en silencio por fin vuelven a vivir, como tú. Mil gracias a ellos.

  9. Quiero FELICITARLE por el tan buen artículo - Especialmente me ha gustado porque expresa bien una problemática sobre la que trabajo desde años en mi dedicación al tema SUICIDIO y los MEDIOS de COMUNICACIÓN: El error de silenciar el tema. Así añado un resumen (ya de 2009, pero lamentablemente todavía actual: SÍNTESIS - “Medios de Comunicación y Suicidio” – - Tema general -
    Los factores que influyen en un suicidio y su prevención son complejos y no de todo comprendidos – pero una
    lectura comparativa de diversos documentos y artículos deja destacar la coincidencia en los siguientes puntos:
    ___ IMPORTANCIA del papel de los medios de comunicación en la DIFUSIÓN de información sobre el suicidio —
    - por ejercer una fuerte INFLUENCIA sobre las actitudes, creencias y comportamientos de la comunidad –
    ___ IMPORTANCIA de la FORMA y del CONTENIDO de la INFORMACIÓN sobre SUICIDIOS —
    - por su poder de influir en la decisión de suicidas potenciales (ambivalencia de sentimientos en la fase crítica -) - a un lado por el EFECTO NEGATIVO de IMITACIÓN / Identificación / ‘Contagio’/ Desencadenante
    - al otro lado por el EFECTO POSITIVO de ANIMAR a la persona en crisis A BUSCAR AYUDA .
    ___ IMPORTANCIA de DIVULGACIÓN APROPIADA ↓ para el éxito de PROGRAMAS de PREVENCIÓN —
    - información sobre riesgos , mitos , evidencias , avisos , etc.
    - modelos constructivos para la superación de conflictos
    - ejemplos de alternativas de solución
    - información actualizada sobre instituciones de ayuda
    - campañas de sensibilización
    La PROHIBICIÓN ‘en general’ de INFORMACIÓN referente al tema suicidio NO ES RECOMENDABLE porque
    - sigue tabuizando el tema en la conciencia de la sociedad – y así :

    - mantiene la sub-estimación de la gravedad del problema
    - impide que la sociedad sea educada para afrontar este problema ( individual y social, Salud Pública )
    - impide el debate en busca de causas y soluciones
    - impide que la problemática incite (re)acciónes de las instituciones públicas
    - impide la difusión de información sobre riesgos, mitos, evidencias, avisos
    - impide una difusión de ofrecimientos de ayuda ( existentes y pendientes )

    ___ ————————————————————————————————————————————-
    además:
    Una REFLEXIÓN sobre ‘Medios de Comunicación y Suicidio’ debe distinguir entre la información periodística
    - sobre el TEMA / la PROBLEMÁTICA -en general- del ‘SUICIDIO’ (en mayúscula)
    -y- - sobre las NOTICIAS de SUCESOS ( ‘suicidioS’ y ‘intentos de suicidio’ )
    ___ —————————————————————————————————————————————-

    valentin spindler [email protected] ↑es versión comprimida
    _________________________________________________________________lo siento que el formato del original se pierde aquí _______________

  10. Querido Hermano:
    Son cifras que me “acojonan” De verdad… Por eso y en mi etapa ya, de jubilado con 63 años. Estoy preparando para crear en el Principado de Asturias: Una Asociación dedicada a la prevención del Suicidio/Aborto y Duelo Familiar… ¡Así como suena! Estoy a vuestra disposición por si os hace falta echaros un cable en mi zona de influencia. Soy: Diplomado en Tanatología. Y Terapeuta en vidas pasadas…
    Recibe Un Taf. (Triple abrazo Fraterno)
    fdo: Samuel Riondá.

  11. Carles, no se puede explicar ni mas claro, ni mas alto. Me gustaría que cuando llaman al timbre para darte la terrible noticia, también te pudieran indicar donde recibir el apoyo que sin duda necesitamos. Gracias a vosotros esto esta cambiando, y necesitamos que en las escuelas, nuestros jóvenes y adolescentes, puedan tener esa información que a ellos o a sus compañeros les sirva para poder canalizar sus sentimientos y frustraciones, a veces tan a flor de piel.

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